En primer lugar habría que ver el panorama que deja Rajoy tras su paso... Igual esto es hablar por hablar y el paro desacelera, los impuestos no suben y volvemos a escuchar eso de “España va bien”...
Utopías aparte... ¡Ahí va mi propuesta! No por extensa mejor, pero sí con pretensiones...
Si el estallido de la burbuja inmobiliaria se hubiera producido sin la alteración de la banca, las consecuencias de la crisis habrían estado muy lejos de ser tan virulentas como lo han sido.
Principalmente creo que hay 'asuntos urgentes' aunque, también hay otros, no por ello menos importantes.
La actuación principal debería centrarse en la banca. 'Atacar' la restricción crediticia a pequeños, medianos y grandes empresarios que, al fin y al cabo son potenciales creadores de empleo. También son muy importantes los recortes de los tipos de interés por parte de los bancos centrales.
Las cuentas públicas se deterioran a un ritmo vertiginoso y aumentan de forma contundente los déficit públicos. Las economías se desaceleran intensamente, disminuyendo así las recaudaciones impositivas. Además el aumento del desempleo, implica un aumento de las prestaciones. Si la actividad económica cae, disminuyen las recaudaciones impositivas; si aumenta el desempleo, aumentan las prestaciones, y si además se ponen en marcha numerosos planes de estímulo para afrontar la crisis, resulta inevitable un vertiginoso aumento de los déficit públicos.
Una segunda fase de la crisis económica llega como consecuencia de este gran deterioro de las cuentas públicas. Los inversores y los especuladores financieros castigan a los países que muestran problemas de solvencia, de elevada deuda o de alto déficit público. Se elevan los intereses por los que estos países pueden re-financiar sus deudas, agravándose así sus problemas financieros.
Yo trataría de 'aliarme con el diablo', en este caso, la banca, para reducir el déficit público, de esa forma, nuestro país no tendría tantos problemas de solvencia, con lo que, se podría contar con inversores para empezar lo antes posible con proyectos de I+D (por ejemplo) -con lo que la banca podría beneficiarse-, centrándonos en lo que ESPAÑA PUEDE OFRECER; recursos naturales... Centrándonos de una vez por todas en lo que podemos hacer con lo que tenemos y dejar de especular con lo que podríamos llegar a tener. Explotación sobre lo que se dispone.
Igual de importante; la educación, no sólo la reestructuración de la educación actual -que hace aguas por todos lados-, sino -por urgencia- la formación de desempleados; actualmente se ofrecen cursos a través del INEM pero, esta claro, que no son suficientes, de nuevo hay mucha demanda y poca oferta.
Por un lado, la obligatoriedad de formarse cuando se esta desempleado y por otro lado, fomentar la formación desde los mismos ayuntamientos -hasta el mayor ente público-... En espacios públicos en desuso...
En todos esos aeropuertos inútiles o estaciones de AVE desiertas, realizar planes de modificación para convertirlos en centros de estudios, por ejemplo.
Sin olvidar a los ricos -los últimos serán los primeros-, yo propondría algo que se podría llamar 'la ley de las proporciones'. Cada ciudadano deberá pagar un porcentaje 'x' según sea su poder adquisitivo, en definitiva, según la riqueza.
Esos Lexus que aparecen en las noticias “Pillado por un radar a 216 km/h” ¿Acaso le va a importar tener que pagar una elevada cantidad de dinero? Pero, si la multa se equipara al mantenimiento de su Lexus durante 6 meses...
Dice la nueva reforma “Penas de 3-6 meses de prisión o multas de 360 a 144.000 €”. En primer lugar, prestemos atención a la conjunción 'o', es decir, descartada la pena de cárcel... Hablamos de dinero. El baremo actual para decidir entre esos dos importes tan -tan y tan- lejanos ¿cuál es?. Pues yo propondría que ese baremo se centrara en los recursos de cada ciudadano y/o empresa que incurra en delito.
Evidentemente, extrapolar esto al fisco... Que el porcentaje se ajuste a la riqueza, una forma más de mitigar la deuda pública...
Creo que por ahora, lo dejo aquí porque seguro que mis palabras terminan como la sentencia de Camps... Se conocen a groso modo las pretensiones y los actos en detalle... pero termina 'pesando' más la influencia e intereses políticos que el sano juicio.
Añadiría a lo que ya envié la des-politización de los sindicatos creando obligatoriedad de sindicarse a todos los trabajadores, de esa forma, se dispondría de sindicatos desligados de la política, sobreviviendo con las aportaciones de los trabajadores, mirando única y exclusivamente por sus intereses. Creo que sería una buena forma de que las decisiones políticas tomadas junto a la patronal tendrían una justa oposición.
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