sábado, 17 de julio de 2010

Escupiendo pensamientos. Are you alive?

Respiras pero, ¿realmente estas vivo?




Trabajas para combatir todos esos pagos que tú mismo te has impuesto; la hipoteca, el alquiler, el coche, esa ropa cara con la que crees que serás más aceptado, el teléfono móvil de última generación, para demostrar a los demás que 'vas a la última' ...  pero, ¿en qué lugar quedas tú?. Es decir, ¿tienes tiempo para tí?.

¿No?.

Claro, demasiado tiempo empleado en el trabajo para poder conseguir todas esas cosas.  No hay otra opción ¿verdad? ¿has conseguido auto-convencerte ya?.
Por supuesto que no; sencillamente bailas al ritmo que te marca la sociedad, te paseas por todos y cada uno de los días fantásticos de El Corte Inglés, sucumbes al consumismo y te repites a diario que pagar la hipoteca, mantener el coche y el nivel de vida que te has impuesto, te obligan a seguir en ese bucle sin salida que, empieza por madrugar para llegar a tiempo al trabajo, y termina, casi sin que te hayas podido dar ni cuenta, en el gran centro comercial y  de ocio más cercano. Paseando entre masas y sonriendo como los demás, casi al unísono, olvidándote de ti mismo.

Ya tendrás tiempo de pensar en ti, te dices a menudo, pero no te das cuenta, de que cuando seas consciente de que tu vida no te gusta, será demasiado tarde.
Es deplorable que vivas condenado a trabajar para mantener la dignidad del dispendio, sin querer mirar por esa ventana, en la que se puede vivir con menos dinero, tener momentos de verdadera felicidad, y hasta disponer de más tiempo para poder hacer todo aquello que te gusta.

En el fondo sabes lo que debes hacer, no puedes quedarte sin intentarlo. Remolonea en la cama, asómate al balcón y grítale a la sociedad, escóndete debajo de la cama, envida todo tu consumismo con las peores cartas, espía a la vecina del quinto. Déjate llevar, siéntete, sal a la calle, desnúdate y recorre las calles sin ropa. ¿Qué importan los ojos de los demás?.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Inteligencia, neurosis y conducta suicida


La neurosis se ha considerado una enfermedad psíquica y ha sido
definida como inestabilidad emocional producida por un conflicto en la que se manifiestan una serie de síntomas psíquicos y emocionales que entorpecen la actividad del individuo, aunque no existen alteraciones relevantes del pensamiento, de la percepción y del sentido de la realidad. El tratamiento o psicoterapia pretendería en este sentido curar los síntomas.

Cuando cualquier obstáculo impide el tránsito hacia la actualización o realización de las capacidades, necesidades y valores del ser humano surge entonces el desequilibrio o crisis existencial manifestada en un quiebro de la persona que se siente deprimida, incompleta e insatisfecha consigo misma. Ser consciente de esta situación es un paso muy positivo para descubrir el nivel de desarrollo en el que se halla y desde allí pueda replantearse hacia dónde quiere encaminar su vida, teniendo en cuenta sus limitaciones y fortalezas. Asumo la hipótesis de que el hombre tiende en forma natural hacia su auto-realización y que el surgimiento de la neurosis es un mecanismo de auto-corrección y autorregulación de la psiquis en busca de la
satisfacción de sus necesidades y del equilibrio consiguiente.



CASO CLÍNICO


El caso que nos ocupa es un joven que fue identificado como bien dotado y corroborado como tal en sucesivos estudios de seguimiento. Forma parte de la muestra de la investigación llevada a cabo en dieciséis provincias españolas por el profesor Dr. Juan García Yagüe (García Yagüe y cols., 1986). 

Roberto, nombre ficticio, nace en el seno de una familia conservadora y acomodada. Crece dentro de un medio ambiente culturalmente rico y lingüísticamente vasto. Es el tercero de cuatro hermanos. (...)

Desde la adolescencia viene padeciendo depresiones, se angustia mucho, se cuestiona todo y no encuentra aliciente para ilusionarse y querer vivir. (...)

Aunque es consciente de que era más inteligente y capaz que la mayoría no entiende lo que le estaba pasando. Lo expresa así… “había una especie de doble cuchilla en el intento de expresión de mis atormentados sentimientos, porque de una parte se suponía (yo era el primero en suponerlo) que era capaz (más capaz incluso que los demás) de expresarme con cierta corrección y precisión, pero de otra era absolutamente incapaz de comprender lo que me estaba pasando, y al ser preguntado, o querer contarlo o pedir ayuda me hacía aún más daño.”

La situación de este joven era en sus palabras “como una toma de conciencia de un montón de asuntos que de repente me parecieron importantísimos frente a lo absurdo y despersonalizado de seguir si más la corriente de lo que todo el mundo hacía, sin saber muy bien por qué.” Explica sus crisis existenciales “en aquel  “redescubrirme” empecé a estar muy preocupado por el sentido de
la vida, el valor de las relaciones personales, “lo auténtico”
de la vida y el “cómo diferenciarlo de lo que no merecía la
pena”, la soledad (como algo impuesto al ser humano), las necesidades expresivas (y su relación con la expresión creativa/artística), el medio ambiente (como fuente de serenidad en momentos de ansiedad, de sabiduría y reinspiración)”(...).

los veinte años, después de haber accedido a visitar a un
psiquiatra y de que éste le recetara un ansiolítico y un
antidepresivo, sufrió una crisis más fuerte aún y pocas semanas
después realizó un intento de suicidio no violento. 
“Tras hacerlo me sentí repentinamente asustado, y acudí a pedir ayuda a mi madre. Fuimos al hospital y me hicieron un lavado de estómago; aparentemente la cosa no había sido grave.”

Retoma sus estudios de último curso de bachillerato y refiere fui
sacando el curso, con algo de esfuerzo y algunos bajones, que ahora mi terapeuta vigilaba de cerca. Y al final lo terminé con Matrícula de Honor (lo hice bien, pero francamente no creo que fuese para tanto
).

Inicia la carrera de Psicología. (…) Deja la carrera a principios del segundo cuatrimestre. Tenía miedo a no dar los resultados que se esperaban de él, que tendrían que ser mejores que los de la
mayoría. Roberto declara “era como un si no voy a hacerlo muy bien, es mejor que no haga nada”.

Se matricula en una segunda carrera Traducción e Interpretación en otra universidad que también abandona a principios del segundo
cuatrimestre(...)

Comienza a preparar oposiciones a Correos como un medio para conseguir algo que le interesara más. Pero no consigue disciplinarse. “Lleno mi agenda de diversas actividades, que no tenían otra utilidad que desviar la atención, que tanto trabajo me costaba orientar, hacia el temario de Correos. Esas actividades son los idiomas, la música, la fotografía y obtener el carnet de conducir.

Mientras tanto continúan sus “crisis existenciales” acompañadas de alteraciones de su estado de ánimo e insomnio. Hasta que a los 24 años padece una depresión mayor que lo lleva de nuevo a pensar en suicidarse. Escribe lo siguiente:

Perdón por mi egoísmo al hacer esto, pero la vida no tiene sentido para mí. No puedo comprender que “hayamos sido hechos” capaces de percibir y concebir cosas tan bellas y que éstas tengan que quedar sepultadas una y otra vez bajo tanto sufrimiento como genera nuestra existencia, tan sórdida y cruel si se mira fríamente. Siempre me ha llamado la atención la capacidad psicológica del hombre para asimilar y sobrevivir a tan desconcertante cúmulo de sinsabores y seguir encontrando en las pequeñas cosas cotidianas una compensación válida. Me sigue sorprendiendo cada día y aún en mí mismo, porque al fin y al cabo en la medida en que sigo vivo soy partícipe de este instinto de supervivencia, pero realmente nunca lo he comprendido, ni
tal compensación me ha parecido real. Sospecho que es mucha la gente que, en realidad, tampoco lo comprende, pero todos parecen poder cerrar la puerta a esas consideraciones y quedarse en ese relativo equilibrio, que desde luego es mucho más práctico… Pero yo no puedo cerrar la puerta a lo que para mí es tan obvio. No puedo sentir que la balanza está equilibrada, que esto merece la pena… ni siquiera puedo fingirlo con aceptable credibilidad. Pero el problema es que no tengo alternativa. El suicidio, tras ser
considerado como tal alternativa, siempre plantea el gran
inconveniente del sentimiento de culpa hacia mi familia; y entonces, eso, me quedo sin alternativa. Todos los esfuerzos que llevo hechos y sigo haciendo por que mi vida marche mejor son insatisfactorios. Ni mi familia, ni mis amigos, ni la psicoterapia me han podido ayudar como yo necesito. De lo que ocurre del “umbral de las consideraciones” hacia adentro todo han sido interpretaciones externas, más o menos convencionales, más o menos afectuosas, más o menos científicas; pero siempre externas, y en la misma medida ajenas e insuficientes. No he podido sacar en claro acerca del origen de mi modo de ver la vida más que el que procede de mis años infantiles, principalmente de la parte familiar de mi formación, que es lo mismo que decir “nada”. Además, yo tengo mis dudas sobre cuánto del asunto podría proceder de caracteres genéticos (que eso, caso de tener algún indicio al respecto los psicólogos y terapeutas, tampoco te lo dicen, para que no te hundas en la miseria y les sigas pagando sesiones con la esperanza de conseguir algo) y también me pregunto qué parte pudo jugar la educación escolar. En fin, que nunca llego a ningún sitio.
Todo esto ha surgido a raíz de la ansiedad que en una madrugada como la de hoy, es sin embargo la misma que lleva demasiado tiempo de mi vida (acaso todo) siendo el último eslabón del sufrimiento, sin sentido y la infelicidad que éste produce.”

Cuando remite la depresión Roberto deja de tomar fármacos y continúa su tratamiento psicoterapéutico(...).

Una serie de factores sociales coadyuvan al deterioro de este joven que no logra obtener motivación ni refuerzo para aferrarse a la vida mediante la interacción con el grupo de pares. Se halla aislado.

Este cúmulo de componentes académicos, familiares, sociales y personales constituyen factores de riesgo de comportamiento suicida que van minando su autoestima y auto-concepto y provocan en él un estado de desesperanza ante la vida que lo conduce a la depresión. Se enfrenta a una crisis existencial y no encuentra razones válidas para continuar viviendo.

En la entrevista mantenida con él doce años después del intento de suicidio manifiesta sentirse bien, y que no volvería a intentar suicidarse. Aunque continúan sus crisis existenciales, ya maneja ciertas estrategias para superarlas. Si bien no ha terminado ninguna carrera universitaria, estudia idiomas que le sirven para abrirse paso en el mundo laboral(...).

Actualmente a sus casi 32 años se halla en un puesto de trabajo poco cualificado. Hace un par de años que ha retomado la psicoterapia para el crecimiento personal y va poco a poco desbloqueando los puntos negros y agujeros neuróticos de su personalidad, lo que le va permitiendo integrarse cada vez más.

Haber sido identificado como bien dotado y corroborado como tal en estudios de seguimiento no entraña, como ejemplifica este caso, el éxito académico, profesional, económico, social y personal, pero tampoco implica lo contrario.

Roberto fue un niño mimado por su madre, sensible, con poca tolerancia a la frustración, escaso desarrollo de estrategias para afrontar y resolver sus problemas. No ha podido desarrollarse personal ni profesionalmente. A nivel personal, sus bloqueos neuróticos le han impedido alcanzar la madurez, ha sufrido una detención en su evolución personal. En lo que concierne al desarrollo de sus inteligencias, ha desarrollado de
manera casi autodidacta sus inteligencias lingüística y musical.
Sin embargo, a pesar de poseer un gran caudal de conocimientos no los ha podido canalizar hacia la obtención de un título universitario que le hubiera permitido el acceso a un trabajo más acorde con sus posibilidades intelectuales.
El caso que presentamos representa sólo el 2,6% de la muestra de bien dotados seguida a lo largo de veinte años. La mayoría no padece alteraciones del estado de ánimo ni otros trastornos psíquicos.


Caso clínico extraído de: Inteligencia, neurosis y conducta suicida.
Por: Dra. Miriam Hume Figueroa



ALGUNAS CONCLUSIONES

Solamente el perfeccionismo neurótico es negativo y trae aparejado daños a nivel psicológico y fisiológico. El perfeccionismo normal es recomendable de ser inculcado, no sólo a los alumnos bien dotados sino a todos los estudiantes. Sería conveniente que todos pudieran experimentar ese refuerzo intrínseco de sentir la satisfacción por el trabajo bien hecho.

Prevalece el consenso acerca de que el sujeto que manifiesta comportamiento autolítico padece algún trastorno del estado de ánimo, aunque no se puede establecer relación causa-efecto entre enfermedad mental e intento de suicidio. Para ello es preciso contemplar la confluencia de factores personales que contribuyen a dicho comportamiento. 

Para algunos bien dotados sus altas capacidades pueden llegar a transformarse en su propio enemigo. El aburrimiento, escasa estimulación, aislamiento, intensidad emocional, perfeccionismo neurótico, imposibilidad de cumplir con sus elevadas expectativas, presiones sociales, ansiedad, desesperanza y depresión los pueden llevar a realizar intentos de suicidio. 

Fusie



Magia, poderosa y mística.

Cuando vuela mi alma, y encuentro esos momentos, ligados a aquel camino, que acaba siempre pensando en instantes...


Todo se hace nuevo, espontáneo y único.


Es mayor el maridaje, después de haber tenido, tus brazos y los mios
tocándonos la piel y sentir, que alguna vez coincidimos, sin precisar
ocasión en otra vida tal vez, o en otro mundo mejor -de otra forma
sería inexplicable esa fusión-.


La incertidumbre nos ayuda a acercarnos al misterio de nuestra vinculación.




(Adaptación de 'Todo es un misterio' de Céspedes)



De tijd zal ons het antwoord geven.

lunes, 26 de abril de 2010

Terquedad impropia



En muchas ocasiones cree no saber qué camino seguir, cuál ha de ser el siguiente paso que debe dar para conseguir todo aquello que anhela. El tiempo no se detiene en ningún instante, limitando así el acierto.

Se toma un momento, tan solo un momento, piensa que sería maravilloso poder avanzar durante el tiempo que le queda y encontrarse directamente con el final. No quiere tener miedo, no por esta vez. Se tapa los oídos con fuerza, no quiere escuchar. No quiere oír su propia rabia, su frustración, sus miedos...
No sabe cuánto tiempo aguantará la puerta, ni siquiera si lo hará, se ha sentado en el suelo, con la espalda apoyada en ella. Aprieta con fuerza las manos contra sus oídos y cierra los ojos. No logra controlar su terror. Todo el miedo que ha ido acumulando a lo largo de su vida, se encuentra junto a ella, encerrado en el baño.

Pocos segundos, ese es el tiempo que ha tardado en llegar a sumergirse al fondo de su cabeza. Durante esos segundos, todo su miedo se ha transformado en fuerza. Fuerza para correr, para huir, para encontrarse a salvo. Todo eso no sirve de nada, ahí está sentada en el suelo, aterrada, después de un suspiro de libertad.

Huir es su forma de vida, pero paradójicamente siempre ha luchado impávida para lograr escapar, huyendo una y otra vez.

¿Habré llegado al final? Se pregunta... Sabe que no puede huir de quién lo hace, que es de ella misma. Afloja la fuerza que hacen sus manos contra los oídos, abre lentamente los ojos, se levanta, se acerca al espejo y se queda sin respiración.

Todo este tiempo la respuesta había estado en el espejo, ella misma lo crea y es la única que puede destruirlo. Sin darse cuenta esta llenando la bañera con agua caliente, agarra dos cuchillas por si en el intento vacilara y perdiera una en la inmensidad que le parece ser esa bañera llena de agua.

Se desnuda. Piensa en escribir algo, pero... ¿para quién?, no tiene a nadie pero se da cuenta de que, necesita justificarse a si misma y así lo hace antes de sumergirse en su propio final.
Escribe sin vacilación “No tengo ninguna razón para sostener esta vida que me agota. No hay absolutamente nada que me ayude a aferrarme aquí; mis recuerdos, mis pensamientos y el presente que me sofoca, han rasgado mis nervios. Han logrado atrofiar el deseo natural de ver, oír, oler, sentir y gustar. Seguir viviendo es una terquedad impropia de una cabeza pensante que rechaza la idea de un
deber que no existe, de una imposición de la humanidad.”

Una vez dentro de la bañera, agarra una cuchilla y ve como elagua se tiñe de rojo. El dolor ya no es tal. Todo se desdibuja, cadavez se siente menos a si misma. Apoya la cabeza y logra sentirlo. La liberación.

martes, 30 de marzo de 2010

A ras de sueño

Sólo una temporada provisoria,
tatuaje de incontables tradiciones,

oscuro mausoleo donde empieza

a existir el futuro, a hacerse piedra.

Nada aquí, nada allá. Son las palabras
del mago lejanísimo y borroso.

Sin embargo, la infancia se empecina,
comienza a levantar sus inventarios,
a echar sus amplias redes para luego.
Es una isla limpia y sobre todo
fugaz, es un venero de primicias
que se van lentamente resecando.

Queda atrás como un rápido paisaje
del que persistirán sólo unas nubes,
un biombo, dos juguetes, tres racimos,
o apenas un olor, una ceniza.
Con luces queda atrás, a la intemperie,
yacente y aplazada para nunca,
sola con su aptitud irresistible
y un pudor incorpóreo, agazapado.
Para nunca aplazada, fabulosa
infancia entre sus redes extinguida.

Por algo queda atrás. Esa entrañable
cede paso al fervor, al pasmo, al fruto,
el azar hinca el diente en otra bruma,
somos los moribundos que nacemos
a la carne, a la sangre, al entusiasmo,
nos burlamos del sol, de la penumbra,
manejamos la gloria como un lápiz
y en las vírgenes tapias dibujamos
el amor y su viejo colmo, el odio,
el grito que nos pone la vergüenza
en las manos mucho antes que en la boca.

El celaje se enciende. Somos niebla
bajo el cielo compacto, insolidario,
el asombro hace cuentas y no puede
mantenernos serenos, apacibles,
somos el invasor protagonista
que hace trizas el tiempo, que hace ruido
pueril, que hace palabras, que hace pactos,
somos tan poderosos, tan eternos,
que cerramos el puño y el verano
comienza a sollozar entre los árboles.

Mejor dicho: creemos que solloza.
El verano es un.vaho, por lo tanto
no tiene ojos ni párpados ni lágrimas,
en sus tardes de atmósfera más tenue
es calor, es calor, y en las mañanas
de aire pesado, corporal, viscoso,
es calor, es calor. Con eso basta.

De todos modos cambia a las muchachas,
las ilumina, las ondula, y luego
las respira y suspira como acordes,

las envuelve en amor, las hace carne,
les pinta brazos con venitas tenues
en colores y luz complementarios,
les abre escotes para que alguien vierta
cualquier mirada, ese poderhabiente.

La vida, qué región esplendorosa.
¿Quién escruta la muerte, quién la tienta?

A la horca con él. ¿Quién piensa en esa

imposible quietud cuando es la hora
para cada uno de morder su fruta,
de usar su espejo, de gritar su grito,
de escupir a los cielos, de ir subiendo
de dos en dos todas las escaleras?

La muerte no se apura, sin embargo,
ni se aplaca. Tampoco se impacienta.
Hay tantas muertes como negaciones.

La muerte que desgarra, la que expulsa,

la que embruja, la que arde, la que agota,
la que enluta el amor, la que excrementa,
la que siega, la que usa, la que ablanda,
la muerte de arenal, la de pantano,
la de abismo, la de agua, la de almohada.

Hay tantas muertes como teologías,
pero todas se juntan en la espera.
Esa que acecha es una muerte sola.
Escarnecida, rencorosa, hueca,
su insomnio enloquecido se desploma
sobre todos los sueños, su delirio
se parece bastante a la cordura.
Muerte esbelta y rompiente, qué increíble
sirena para el Mar de los Suicidas.

No canta, pero indica, marca, alude,

exhibe sus voraces argumentos,
sus afiches turísticos, explica
por qué es tan milagrosa su inminencia,
por qué es tan atractivo su desastre,
por qué tan confortable su vacío.

No canta, pero es como si cantara.
Su demagogia negra usa palomas,
telegramas y rezos y suspiros,
sonatas para piano, arpas de herrumbre,
vitrinas del amor momificado,
relojes de lujuria que amontonan
segundos y segundos y otras prórrogas.

No canta, pero es como si cantara,
su espanto vendaval silba en la espiga,
su pregunta repica en el silencio,

su loco desparpajo exuda un réquiem
que es prado y es follaje y es almena.

Hay que volverse sordo y mudo y ciego,
sordo de amor, de amor enmudecido,
ciego de amor. Olfato, gusto y tacto
quedan para alejar la muerte y para
hundirse en la mujer, en esa ola
que es tiempo y lengua y brazos y latido,
esa mujer descanso, mujer césped,
que es llanto y rostro y siembra y apetito,
esa mujer cosecha, mujer signo,
que es paz y aliento y cábala y jadeo.

Hay que amar con horror para salvarse,
amanecer cuando los mansos dientes
muerden, para salvarse, o por lo menos
para creerse a salvo, que es bastante.

Hay que amar sentenciado y sin urgencia,

para salvarse, para guarecerse
de esa muerte que llueve hielo o fuego.


Es el cielo común, el alba escándalo,
el goce atroz, el milagroso caos,
la piel abismo, la granada abierta,
la única unidad uniyugada,
la derrota de todas las cautelas.

Hay que amar con valor, para salvarse.
Sin luna, sin nostalgia, sin pretextos,
Hay que despilfarrar en una noche
—que puede ser mil y una— el universo,
sin augurios, sin planes, sin temblores,
sin convenios, sin votos, con olvido,
desnudos cuerpo y alma, disponibles
para ser otro y otra a ras de sueño.

Bendita noche cóncava, delicia
de encontrar un abrazo a la deriva
y entrar en ese enigma, sin astucia,
y volver por el aire al aire libre,
Hay que amar con amor, para salvarse.

Entonces vienen las contradicciones
o sea la razón. El mundo existe
con manchas, sin arar, y no hay conjuro
ni fe que lo desmienta o modifique.

El manantial se seca, el árbol cae,
la sangre fluye, el odio se hace muro,
¿Es mi hermano el verdugo? Ese asesino
y dios padrastro todopoderoso,
ese señor del vómito, ese artífice
de la hecatombe, ¿puede ser mi hermano?
Surtidor de napalm, profeta imbécil,
¿ése, mi prójimo?, ¿ése, el
semejante?

Sindico en todo caso de la muerte,
argumento Y proclama de la ruina,
poder y brazo ejecutor. Estiércol.

Por esta vez no he de mirar mis pasos
sino el contorno triste, calcinado.
Miro a mi sombra que está envejeciendo,
la sombra de los míos que envejecen.


El mundo existe. Con o sin sus manes,

con o sin su señal. Existe. Punto.


El mundo existe con mis ex iguales,

con mis amigos-enemigos, esos
que ya olvidé por qué se traicionaron.


Tiendo mi mano a veces y está sola

y está más sola cuando no la tiendo,
pienso en los compradores emboscados
y tengo duelo y tengo rabia y tengo
un reproche que empieza en mis lealtades,
en mis confianzas sin mayor motivo,
en mi invención del prójimo-mi-aliado.
Ni aun ahora me resigno a creerlo.


No todos son así, no todos ceden.

Tendré que repetírmelo a escondidas
y barajar de nuevo el almanaque.


Mi corazón acobardado sigue

inventando valor, abriendo créditos,
tirando cabos sólo a la siniestra,
aprendiendo a aprender, pobre aleluya,
y quién sabe, quién sabe si entre tanta
mentira incandescente, no queda algo
de verdad a la sombra. Y no es metáfora.


Nada aquí, nada allá. Son las palabras

del mago lejanísimo y borroso.


Pero ¿por qué creerle a pie juntillas?

¿En qué galaxia está el certificado?


Algo aquí, nada allá. ¿Es tan distinto?

Lo propongo debajo de mis párpados
y en mi boca cerrada.
¿Es tan distinto?

Ya sé, hay razones nítidas, famosas,
hay cien teorías sobre la derrota,
hay argumentos para suicidarse,


Pero ¿y si hay un resquicio?

¿Es tan distinto,

tan necio, tan ridículo, tan torpe,
tener un espacioso sueño propio
donde el hombre se muera pero actúe
como inmortal?

Mario Benedetti

lunes, 1 de febrero de 2010

Ocaso de la voluntad




La tristeza es una sensación antes que una reacción. Lo razonable nada tiene que ver con lo sensible.
Dicen que el verdadero sabio es el que aprende a ser feliz, o al menos a ser sereno, porque dispone su vida acorazándola desde la razón de modo que los desaires y desastres le afectan en lo mínimo posible. Pero no son tantos los acontecimientos como la forma de percibirlos lo que nos hace felices o desgraciados, y en la percepción no cuenta tanto la razón como la sensación. O sea, que uno no es feliz porque sepa que tiene motivos para serlo, es feliz porque así lo siente, y así lo siente en función de factores que se nos escapan, que tienen mucho más que ver con la biología que con nuestras propias y pobres armas racionales. De forma que ¿habría que aislar el momento, ser feliz cuando se puede, enjaular el pensamiento en la sensación excluyendo cualquier otra aspiración?. No, no lo creo. El único modo de superar la sensación es mediante la razón, decirse "esta sensación no es real, no responde a un motivo serio y, por tanto, debo sobreponerme". Lo que me aterra de todo esto es que cuando llegue a ser feliz piense lo mismo, que te mire y me diga "este amor no es real, no es más que un truco biológico". Pero entonces toda la vida, MI VIDA, lo bueno y lo malo no sería más que un fantasma. Porque si repudiamos el sufrimiento, abdicaríamos también de la felicidad.

Fragmento de Un milagro en equilibrio de Lucía Etxebarria


miércoles, 20 de enero de 2010

Uno mismo consigo mismo...



Me miro en el espejo y no encuentro mi reflejo, en su lugar hay un
naufragio sin isla, una deliciosa deriva hacia lo desconocido. Alguien
que no intenta más que sobrevivir a los instintos más desconcertantes,
que se ahoga en al desesperanza de una realidad impropia con ella
misma, amargada de la cotidianidad manifiesta, sumida en la rutina
vital e intentando de forma inútil bloquear estertores.

El dolor persiste, el vacío se extiende, el ángulo mortal se aproxima y
no hay lugar al que agarrarse, el oscuro cielo hace inalcanzable el
horizonte, solo existen agitados consuelos e inicuas soledades...

Un gran abismo se planta bajo mis pies, me asomo y a pesar de observar
esta vida desde fuera como si no fuera la mía propia, me doy cuenta de
que no quiero que esto se termine. Mientras siga sufriendo, sigo viva
para lograr esquivar definitivamente estos condenados bucles que no
admiten tregua y me siguen a todas partes.
Arrojo la tristeza por el abismo con pertinaz convencimiento,
ciertamente hay demasiadas metas que son capaces de iluminar mis más
obscuros días, metas que son capaces del restablecimiento puro,
desesperadamente lejano, anhelado, luchado y perseguido hasta el
agotamiento pero visible al fin y al cabo.

Me doy la vuelta, sin olvidar que el abismo queda justo detrás de mí,
es necesario tenerlo presente, ya nos hemos encontrado demasiadas
noches y no tantos días pero ando, sigo andando y lo seguiré haciendo.
Estoy condenada a vivir acompañándome.

“El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento.” Erasmo de Rotterdam

miércoles, 13 de enero de 2010

La visión de una simple catalana sobre el Estatut

Después de una lectura exhaustiva del Estatut (aunque hay títulos que directamente me los he saltado ya que no dispongo de conocimientos suficientes siquiera para comprenderlos) y en pro de un empujón para volver a escribir, lo cual te agradezco directamente Sebas, aunque podrías haber elegido un tema con el que no me hubiera dado por profundizar tanto, pero las cosas me gustan bien hechas y si hay que hablar del Estatut, lo legítimo es conocer de lo que se habla.


Entrando en materia me encuentro que, en el preámbulo, se dice textualmente'Cataluña es un país'. Cuando iba al colegio y mis compañeros me decían que era un país yo siempre lo negaba y, a pesar de que lo sigo haciendo, si alguno de todos esos compañeros de escuela se hubiera puesto a indagar un poco tendría un argumento más o menos sólido al cerciorarse de que, en la primera dicción de la definición de país dice 'nación'; en la tercera y cuarta dicción de nación *errata:es en las dicciones de nacionalidad* en el Diccionario de la RAE dice 'comunidad autónoma a laque, en su Estatuto, se le reconoce una especial identidad histórica y cultural. Denominación oficial de algunas comunidades autónomas españolas'. Me reitero en que bajo mi punto de vista Cataluña no se debe denominar como país pero a menudo ocurren estas cosas con el lenguaje.

En el mismo preámbulo hace mención a que la constitución española, en el artículo 2, reconoce la realidad nacional de Cataluña como una nacionalidad, de ahí mi insistencia en los juegos del lenguaje.


Nación
tiene dos acepciones que podríamos diferenciar: la primera como la
nación política, en la escena jurídico-política, es el sujeto
político en el que reside el poder constituyente de un Estado. La
segunda como la nación cultural, el concepto socio-ideológico más
subjetivo y ambiguo que podría definirse como una comunidad con
ciertas características culturales diferenciadas a las que se les
dota de un sentido ético-político, es decir y esto lo hago con
palabras textuales de Sebas; se hace uso de lo que admite el lenguaje
para luego abusar de lo que no dice el diccionario, sino la ley.



En
el título preliminar el artículo 6.1 reza que la lengua propia de
Cataluña es el catalán. Como tal, el catalán es la lengua de uso
normal y preferente de las administraciones públicas y de los medios
de comunicación públicos de Cataluña y también la empleada para
el aprendizaje y la enseñanza. En el 6.2 dice que el castellano
también es lengua oficial en Cataluña y como tal todas las personas
tienen el derecho de utilizar las dos lenguas y los ciudadanos de
Cataluña tienen el derecho y el deber de conocerlas, aunque en el
artículo 32 dice que no puede existir discriminación por el uso de
cualquiera de las dos lenguas y el 33 lo extrapola a las
administraciones públicas.


Creo
que si hay dos lenguas oficiales en una región no tiene porque
existir el deber de conocer ambas, con una de ellas es suficiente. Me
gusta la idea de que la cultura y por tanto el idioma no se pierda
pero no me agrada el hecho de que sea un deber. Una cultura y un
idioma difícilmente se pierde si se imparte a través del sistema
educativo.


Seguramente
el problema radica en que se hurga directamente en las emociones y en
las raíces de las personas. Los partidos catalanes que dieron el
visto bueno al proyecto intentaron blindar el estatus del catalán
como idioma 'propio' de Cataluña, y triufaron casi todo el texto de
preceptos y regulaciones lingüísticas.


Llama
la atención, además de esa consideración sobre la lengua 'propia',
que el Estatuto incluya por primera vez la obligación de conocer una
lengua cooficial, un privilegio reservado hasta ese momento al
castellano por la Constitución Española. La Constitución de la
República, de 1931, especificaba que 'a nadie se le podrá exigir
el conocimiento ni el uso de ninguna lengua regional'.  La Carta
Magna vigente no incluye esas salvedades, y desde Cataluña se
aprovechó ese vacío legal para proclamar el deber de conocer el
catalán.



En
el artículo 6.3 se dice que la Generalitat y el Estado tienen que
emprender las acciones necesarias para el reconocimiento de la
oficialidad del catalán en la Unión Europea además de su presencia
y utilización del catalán en los organismos internacionales.


La
finalidad de las lenguas es la comunicación, entonces no entiendo
por qué razón se va a usar el catalán en el ámbito internacional
cuando hay un idioma oficial en el país que es el español. Cuando
estamos dentro de nuestra provincia y nos preguntan de dónde somos
respondemos con el nombre de la cuidad o pueblo del que procedemos,
cuando lo hacemos fuera de nuestra provincia respondemos con el
nombre de la misma y cuando estamos fuera del país exactamente lo
mismo. Si saliéramos del planeta y nos preguntaran de dónde venimos
simplemente diríamos que de la Tierra. Puedo entender que alguien
esté orgulloso de proceder de dónde lo hace o de haber nacido en un
lugar u otro pero no logro entender por qué todavía nos empeñamos
en una separación en vez de en una unión.

Dice
una noticia de 'El Mundo' que “el Estatuto establece por primera
vez la obligatoriedad de comprender la lengua catalana. En el ámbito
de la enseñanza, la Ley de Educación consagra la inmersión
lingüística.” La
ley reconoce que desarrolla 'un modelo propio de educación en
ejercicio de las competencias que el Estatuto atribuye a la
Generalitat'. Se crea con el fin, entre otros, de 'garantizar la
normalización lingüística', e invoca el artículo 35 del Estatut,
sobre los derechos lingüísticos en el ámbito de la enseñanza
aunque en el 35
se dice que los alumnos tienen derecho y el deber de conocer con
suficiencia oral y escrita el catalán y el castellano al finalizar
la enseñanza obligatoria, (…) la enseñanza del catalán y del
castellano ha de tener la presencia adecuada en los planes de
estudio.
Esto
no me cuadra demasiado... En varias noticias (no solo en la citada)
se dice que el Estatuto establece una educación al 100% en catalán,
pero en el escrito no se refleja absolutamente nada al respecto. No
se habla de exclusión lingüística en ninguno de los artículos.


Hay
muchos artículos más que me gustaría comentar, quizá lo dejo para
otro momento pero el lunes tuve la ocasión de leer en una noticia
que decía que en Vic quieren prohibir la emancipación de
inmigrantes en situación irregular y en el artículo 138 del Estatut
en el apartado d) dice que, el establecimiento de la ley de un marco
de referencia para el acogimiento y la integración de las personas
inmigradas. ¿Como es posible que en cualquier región se planteen no
empadronar a inmigrantes en situación irregular?.

No
entiendo como es posible que ciertas cosas lleguen al punto en el que
están, pero ciertamente la imagen de Cataluña fuera de la misma es
muy distinta al día a día viviendo en esa Comunidad. Es cierto que
incluso yo misma en muchas ocasiones comparo por ejemplo la
asistencia sanitaria recibida en Madrid con la que recibía en
Barcelona y no hay punto de comparación, en esperas, en trato y en
resolución, pero eso es tan solo mi visión por las vivencias
tenidas en uno y otro lugar.

En
Cataluña la mayoría de las personas están en desacuerdo con la
independencia que al fin y al cabo es lo que que esconde todo este
'lío' con el Estatut. En Cataluña no te multan por hablar en
castellano (aunque parezca una locura mucha gente lo piensa), aunque
bien es cierto que incentivan a los comercios por poner sus carteles
en catalán, pero no están obligados a ello. Los catalanes que no
conocen el castellano son una minoría y de los que lo conocen, la
gran mayoría se dirigen en castellano a alguien que le habla en ese
idioma.

Realmente
no comprendo muchas cosas, pero lo que menos entiendo es porque los
catalanes tenemos ciertas 'famas', además promovidas en su mayoría por
gente que ni siquiera ha pisado la Comunidad Autónoma.