En castellano, la confusión entre los aspectos subjetivos (motivos) y los objetivos (metas) está favorecida por el lenguaje, porque cuando preguntamos por las razones de un comportamiento nos da igual que nos digan el motivo o el fin. Ni siquiera distinguimos bien en castellano el "por" del "para". Decimos erróneamente "Lo hizo por dinero", cuando deberíamos decir: "Lo hizo para ganar dinero" O: "Lo hizo por afán de ganar dinero. El "por" indica motivo. El "para", la meta o el incentivo que adereza la meta.

*Dedicado a Emilio Peral Vega que es quien me hace pensar a menudo en la lengua como una ciéncia.*

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