sábado, 3 de enero de 2009

El optimismo

A menudo oigo eso de "un optimista bien informado es un pesimista" o "un optimista con experiencia es un pesimista". Dejando a un lado las eternas "discusiones" que no llevan a ningún sitio sobre quien tiene razón, si el que ve el vaso medio lleno o el que lo ve medio vacío... 

 

No hay que confundir el optimismo con la alegría. El optimismo no conduce siempre a una alegría expresada, si no que proporciona serenidad, paz interior. En muchas ocasiones puede comportar una alegría, pero no siempre. Cuando ocurre una desgracia, la persona optimista estará triste, pero no desesperada. El optimismo vence al desaliento y al abandono.

 


Las personas  sin preocupaciones pueden vivir en un estado de optimismo falso. Creen que son optimistas porque no han fracasado, pero pueden no ser optimistas si no saben relacionar lo que ocurre, sea agradable o no. La persona que se encuentra satisfecha simplemente porque las cosas le van bien, tiene muchas posibilidades de sentirse defraudada, sola, etc. Porque no habrá aprendido a confiar en los demás, a reconocer el valor del esfuerzo y del fracaso soportado con alegría y a sacar consecuencias positivas de situaciones que parecen poco aprovechables.

Muchas veces las personas optimistas pueden pecar de ingenuas y muchas otras veces son tratadas de ingenuas por los demás. Pero no todas las personas optimistas son ingenuas. A menudo son realistas; conociendo y midiendo todas las situaciones teniendo los pies en la tierra y sacando el lado positivo de cualquier circunstancia que se le plantee sin olvidar la realidad.

En el momento de pesimismo se pueden destacar dos elementos: La dificultad real de la situación a resolver y la dificultad interna de la persona para enfocar la situación adecuadamente. Ver el realismo de las situaciones es algo tremendamente difícil, la mayoría de las personas analizan las situaciones de dificultad con tal carga de subjetivismo, con un enfoque tan personal que resulta difícil centrar la dificultad real. Hay un tipo de personas más realistas que tratan de analizar los hechos con objetividad pero también añadirán a ellos su particular interpretación. Las personas optimistas van más allá de los datos reales para centrarse, en primer lugar en las circunstancias positivas, en las posibilidades de mejora de la situación. Teniendo en cuenta las deficiencias pero sabiendo que muchas veces puede superarlas.

Dicen algunos profesionales que la crítica negativa es incompatible con el optimismo, aunque yo no estoy de acuerdo. Creo firmemente que se puede ser optimista abogando a la autocrítica negativa para filtrar lo positivo. Considero la actitud optimista como algo realmente bueno, pero jamás puede forzarse. 

4 comentarios:

  1. Hubo en España una corriente literaria conocida como "Realismo" que se caracterizaba principalmente por el pesimismo que desprendían sus obras (...)Independientemente de ello yo creo que la actitud pesimista cumple la misma función que la actitud optimista: ambos son dos modos de supervivencia. Al igual que el optimista consigue sobrevivir enfoncando sus conflictos desde el lado positivo, el pesimista \'disfruta\' viendo el lado negativo de las cosas... aunque resulte paradójico.Una vez leí que incluso la ansiedad o la depresión eran modos que tenía el cerebro para sobrevivir en determinados casos."Si existe solución, para qué preocuparse. Y si no existe, para qué preocuparse..."

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  2. En primer lugar, partamos de que la felicidad, que es fruto del optimismo, es un estado natural. El pesimismo, las tristezas, la desesperanza y la insatisfacción salimos a buscarlos; mejor dicho: son invenciones de nuestra mente. Como estado mental, el pesimismo o el optimismo que pueden inundarnos son, en última instancia, imágenes de la realidad creadas por nosotros, pero no la realidad misma, aunque basadas en la realidad palpable.Estuve leyendo un estudio neurológico practicado en animales referente a los daños que pueden ocasionar trastornos como la depresión. El estudio se basaba en la neurogénesis, que aunque no es un término que potencialmente se usa en animales, se suele hacer en humanos, se refiere a la producción de neuronas y células gliales, lo que, a causa de una depresión, disminuye. Por tanto, estado negativo para el cerebro.No conozco el tema en profundidad, puede que como comentas la depresión o la ansiedad sean modos que tiene el cerebro de sobrevivir en determinados casos, ya que el objeto de ansiedad o depresión pueden ser peor para el cerebro que la propia depresión.Es como cuando le recomiendan a una mujer embarazada fumadora que si le crea mucha ansiedad estar sin fumar, vale más que fume poco, ya que su ansiedad puede ser más dañina para el feto que los efectos nocivos de la nicotina, pero ninguna de las dos opciones es buena.El pesimismo y el optimismo son antagonicos y no quiero negar que sean modos de supervivencia, no me parece algo tan descabellado, pero aún siendo así... El pesimismo no deja de ser algo negativo.

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  3. Coincido, más o menos, en tu definición del optimismo y del pesimismo. En lo que no estoy de acuerdo es que se nos pueda clasificar a los humanos en uno u otro grupo, sin más. Creo que existen muchos matices de gris y que no siempre somos de la misma manera ni actuamos con las mismas expectativas ante diferentes acontecimientos. Yo puedo ser tremendamente optimista en lo que respecta a mis posibilidades con la lotería pero acertadamente pesimista sobre mis capacidades amatorias. No todo es blanco o negro.En lo que si discrepo abiertamente es en el tema de las dificultades. No creo que existan unas dificultades objetivas. No todos vemos las cosas de la misma manera ni tenemos las mismas habilidades para realizar determinadas actividades. Alguien que haya dejado de fumar sin ningún problema puede argüir que no le supuso ninguna dificultad dicho cometido, en cambio para otras personas resulta algo poco menos que absolutamente imposible. Siempre he dicho que el trabajo más fácil es el que hacen los demás y que desde fuera es mucho más juzgarlo todo.

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  4. No veo por qué la felicidad es fruto del optimismo. Una persona pesimista puede tener momentos felices ya que la felicidad sólo es un estado transitorio de ánimo... y no por ello él o ella pasaría a ser optimista, digo yo. Y como bien dice Juanjo, "optimista respecto a", porque tampoco creo que exista "el optmista" o "el pesimista" absoluto, aunque algunas personas rocen ese calificativo.Tampoco creo que lo negativo sea invención de nuestra mente más que lo es lo positivo. Un estado de euforia o manía puede distorsionar la realidad de forma "falsamente" positiva al igual que lo puede hacer la depresión o la anedonia de forma "falsamente" negativa.Otra cosa ya es qué es la realidad. Yo sigo sin saberlo :-P

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