Para Marcel.
La decepción, la frustración, la imposibilidad de ser lo que somos se acentúa en el propio intento de escapar a esta maldición: cuanto más hacemos, más lejos nos sentimos de lo que perseguimos. Al volcarnos hacia el mundo, perdemos nuestra propia identidad. De ahí la necesidad del silencio y la reflexión." Pedro G.Cuartango
Una sociedad en la que ni a los niños se les permite aprender que las acciones tienen consecuencias, acolchando los parques para que cuando caigan no se lastimen. Teniéndolos 'entre algodones' ¿cómo cobijarse en el futuro?, ¿qué futuro?.
Sloterdijk, en "Normas para el parque humano". Una respuesta a la "Carta sobre el humanismo" de Heidegger, señaló 'el fin del humanismo docto' y se preguntó cómo podría evolucionar una humanidad 'corregida' por la biotecnología.
Yo me pregunto, ¿cómo sobrevivirá la naturaleza humana ante este detrito de la humanidad?
Hoy y siempre ha estado presente esa imposibilidad de vivir, en ocasiones, demasiado cerca, en otras... asomando la cabeza en situaciones extremas, en forma de crisis, desde algo tan banal como la de pareja hasta la compleja y desgarradora crisis financiera. Imposibilidad en forma de oxígeno incapaz de alcanzar los pulmones, imposibilidad de toda imposibilidad.
La imposibilidad de vivir en uno mismo, a menudo, no atiende a estímulos externos. Es uno mismo el que la crea y la alimenta. Nuestro miedo a la verdad, a las preguntas sin respuesta...
Nuestra propia capacidad de razonar es capaz de crear en nosotros mismos, en los demás y en nuestra percepción la molestia hasta de uno mismo. Resulta complejo deshacerse de la incomodidad de lo absurdo, dejar de buscar respuestas a todo y al fin claudicar en el conformismo siendo conscientes de las limitaciones de hasta nuestra propia libertad.
Imposibilidad de vivir, empezando en uno mismo o en los demás hasta llegar a la de vivir en 'democracia', en sociedad, en pareja, sin ella... ¡tranquilos!, sin exigencias -propias o externas-... Cuando el tumulto y la agitación invaden el silencio y dentro de uno mismo solo queda la perturbación perdemos al actitud y aptitud para vivir.
La imposibilidad de vivir en uno mismo, a menudo, no atiende a estímulos externos. Es uno mismo el que la crea y la alimenta. Nuestro miedo a la verdad, a las preguntas sin respuesta...
Nuestra propia capacidad de razonar es capaz de crear en nosotros mismos, en los demás y en nuestra percepción la molestia hasta de uno mismo. Resulta complejo deshacerse de la incomodidad de lo absurdo, dejar de buscar respuestas a todo y al fin claudicar en el conformismo siendo conscientes de las limitaciones de hasta nuestra propia libertad.
Imposibilidad de vivir, empezando en uno mismo o en los demás hasta llegar a la de vivir en 'democracia', en sociedad, en pareja, sin ella... ¡tranquilos!, sin exigencias -propias o externas-... Cuando el tumulto y la agitación invaden el silencio y dentro de uno mismo solo queda la perturbación perdemos al actitud y aptitud para vivir.
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