JOAN PERE Viladecans
Pintor
Cuando nos demos cuenta de todas las tonterías que hemos comprado por presión social para no ser menos o para poder contarlo... quizá esto de la crisis nos ayude a conocer más el mundo tal como es. Esta realidad que ahora nos toca afrontar es igual de pésima que la anterior tan estridente, consumista y glamurosa; pero las frustraciones individuales y colectivas serán diferentes, más dramáticas. Hasta ahora uno era solo lo que poseía y lo que mostraba, dejando muy a menudo escondido todo lo que eran valores personales de esfuerzo, éticos y morales. Pero habrá que estar al tanto y al día de las circunstancias porque el sistema no ha cambiado. Nos colocarán el ahorro como argumento de venta: "Cómpreme y ahorrará". O sea: "Usted puede gastar pero ya le convenceremos de que es para economizar". Y continuarán intentándonos vender expectativas y necesidades. Pero si agudizamos el ingenio y aprovechamos todo aquello que es un don en nosotros y no una adquisición, enriqueceremos nuestras vidas dotándolas de un sentido más amplio. ¿Mejor?
La crisis se hace tangible cuando te das cuenta de que muchas empresas tienen que cerrar, que mucha gente se queda en la calle, que las ventas de pisos están casi paradas, la venta de vehículos también... Y sobretodo en el momento en el que cambiar de trabajo supone una odisea.
Lo que más me asombra es ver esa gente que se queja a diario de la crisis y que apenas llega a fin de mes, en cambio, no se privan de nada... Y acto seguido continuan quejandose.
Espero que podamos sacar algo bueno de esta crisis, por lo menos que nos haga valorar las cosas realmente importantes y nos ayude a desprendernos de esa actitud tan funesta como es la de aparentar algo que realmente no se es a través de las posesiones.
‘Sacar algo bueno de la crisis’, me parecen muy buenas intenciones pero poco realistas. Tenemos la condición de que solo somos capaces de valorar lo que tenemos cuando esto nos falta, por tanto, en cuanto la crisis ‘pase’ otra vez volveremos a las andadas. Pasará más o menos tiempo, pero todas las lecciones de represión de excesos se acabarán olvidando. Si se olvidan después de una guerra, como no se van olvidar pasada una crisis por grave que sea. Estamos hechos para bebernos la vida a tragos, como dice la canción, y eso no parece que sea algo extirpable de la condición humana.
ResponderEliminar