Durante la noche anterior
al viaje mucho histerismo pero muy buena compañía, novedades,
despedidas... previsión de madrugar hasta el último minuto.
¡Empieza la aventura!
Aeropuerto, maletas peso
excedido, 22 kilos de maleta de mano llenos de ilusión, advertencias
pero sobre todo; folios en blanco.
Recién casados,
felicidad, alegría, sevillanos, horas entretenidas, matrimonios
duraderos... poco más de un horario de jornada laboral por
delante... un sol que nunca se pone, paseos por el pasillo... niños
llorones, otros aventureros, risas, confidencias... Canciones
pegadizas “¿Quién te da lo que tu pides?... ¡Amador!...”
Aeropuerto internacional
de Punta Cana... ¡Que sofoco! Pero la construcción en forma de
'cabaña bananera' no tiene desperdicio... Peaje turístico, cola,
espera... ¡Maletas!... Despedidas, bienvenidas... Cultivando la
paciencia -pasaron dos horas hasta que vinieron a recogerme pero,
minutos después de averiguar que se trataba de un simple problema
logístico... logré disfrutar pacientemente de la amabilidad con la
que me trataron-... ¡el color de mi piel liga por mi!... amabilidad
dominicana, espera, espera y más espera... Reencuentro, humedad,
calor... ¡ternura!
Un nuevo día,
organización, orden y claro... el bochorno continuo... ¡Lluvia! Más
humedad... mucha fruta y verdura, sudor, escopetas -y yo,
extrañamente, ni un poco sorprendida gracias a las advertencias
recibidas-, motoconchos; ellos necesitan unas líneas en ésta
crónica... “Dícese del dominicano con un vehículo a motor de dos
ruedas, capaz de transportar cualquier cosa en ella, de llevar a dos
pasajeros además de la compra... Caracterizados por la agudeza a la
que lleva la pobreza -y la insistencia-.
Pulpo cojo -restaurante
español a la orilla del mar-, ¡el mar! Aunque no parece mar... está
iluminado por la noche y las embarcaciones atracadas a escasos metros
son totalmente distintas a las que mi cerebro asocia con un
embarcadero... Mojito, brisa marina, música en directo, risas,
cómplices miradas y ¡propuesta de trabajo!... Moto, risas, lluvia,
policías acostados -no siento el coxis oigaaaa-, selva, oscuridad...
Despertares de súbito,
humedad, paseos matutinos, gallos, gallinas, caballos, el aroma del
café, ¡Whatsapp!, amigos, sonrisas, guiños... ¡soooon mis
coleeeeegas! :-P...
Siesta, el descubrimiento
del mundo de las lavadoras semiautomáticas, invitaciones, lluvia,
moto... ropa pegada a la piel... gotas como alfileres clavándose
caprichosamente... amabilidad vecinal, gente agradable, amable,
afable y con un sinfín de anécdotas que contar... una casa de
ensueño... humildad, ternura, risas, sonrisas, diversión...
complicidad... ¡catalanes! -un montón de ellos... Hasta hay una
peña blaugrana aquí al lado-. Baños nocturnos...
Piscina, compras,
regateos, frutas totalmente desconocidas para mi... ¡Raiz de ginseng
a granel!, carne de dudosa -o inexistente- calidad de conservación,
miradas clavadas en el blanco impoluto de mi piel -no tan impoluto a
causa de algunas zonas quemadas, [motivo de mofa en éste país, por
cierto]- agotamiento y por fin; descanso más que merecido.
Sábado de novedades...
¡De compras a Higüey en la moto!, esto vendría siendo algo así
como, estando en Madrid, decir; “¿nos vamos a Ávila de compras?”
:-S... 33 km por delante, un montón de policías acostados, límites
de velocidad bajísimos -de la selva puede salir cualquier cosa
aunque la verdadera jungla está en la carretera... el claxon hace
las veces de intermitente, las líneas continuas solo sirven para
delimitar un carril y encontrarse un autobús estilo americano o un
mack adelantando es bastante normal... Así que... ¡previsióooon
amigo conductoooor!... Mucha gente disfrutando del fin de semana
largo -es decir, los traslados a motor... son peligrosos con
mentalidad europea-.
Higüey... ¡al fin! No
siento el culo...
Mercados rurales -no
tienen desperdicio-, las Pacas; ropa de segunda mano, de buena
calidad y ¡tirada de precio!... Pollo con sabor a pollo, bolsas de
agua -diez veces más económicas que una botella- más compras y...
¡de vuelta!... Campaña electoral en medio del pueblo... coches,
motos, autobuses... todos ataviados con gorras banderas y cantos de
aquel partido que se promocione en ese momento... tras las
explosiones de júbilo logramos proseguir el camino hacia el
´hogar´para descansar después de tanto trajín...
Las ilustraciones no son mias... Sin tiempo -ni seguridad- para sacar la reflex... :-P